Los equipos de protección individual (EPI) o protecciones personales son elementos de aplicación directa sobre el cuerpo del trabajador, que tienen por finalidad disminuir o impedir las lesiones consecutivas de un riesgo laboral. Es una cuestión que va más allá del mero vestuario y que tanto empresas como trabajadores han de tener muy presente.
Vamos a analizar en unos sencillos pasos cómo se deberían implantar los equipos de protección individual.
1º Valorar los riesgos previsibles en función de su naturaleza, magnitud y alternativas de seguridad para evitarlos.
2º Considerar cuáles son los EPI más adecuados, hay que tener en cuenta las posibles interferencias de estas en el proceso productivo y las posibles contraindicaciones (no ha de crear nuevos riesgos…).
3º Establecer las características recomendadas como forma y modelo, en todo caso se usarán prendas debidamente autorizadas.
4º Estudiar la adaptabilidad y el confort para los operarios, para que quien se la vaya a poner, no la rechace.
5º Por último, han de ser de fácil manejo y de sencillo mantenimiento y algo muy importante: que no entorpezcan el trabajo.
En este enlace podréis encontrar un exhaustiva lista con la selección de equipos de protección individual clasificados por zona del cuerpo, área de actividad y por tipo de riesgo. Además, la Ley de Prevención de Riesgos Laborales dedica un amplio apartado a tratar estos equipos de protección, tan necesarios y útiles para proteger la salud de los trabajadores.
No te la juegues, y siempre demanda este tipo de elementos de seguridad, y muchos otros, para evitar cualquier tipo de riesgo en el trabajo.
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