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Cómo ayuda la termografia infraroja en el mantenimiento industrial

La termografía es una técnica que ha ido ganando peso en diferentes sectores laborales por su eficacia en la detección de problemas que el ojo humano no detecta. En el ámbito del mantenimiento industrial no ha sido para menos y se trata de una aplicación muy utilizada como primer paso a la hora de localizar fallas en los equipos industriales.

Su funcionamiento es muy sencillo: se trata de medir la temperatura de los objetos según la intensidad de radiación infrarroja que estos emiten. De este modo, a través de un mapa de calor, el escáner interpreta y recrea al ojo humano el calor que desprenden los objetos.

La termografía para el mantenimiento industrial, la aplicación de esta tecnología permite ver si existe una falta de uniformidad en los equipos, en la que existan puntos demasiado fríos o calientes y hagan saltar la alarma antes de que ocurra un fallo.

¿Qué aplicaciones tiene?

La termografía tiene aplicaciones para diferentes ámbitos dentro del mantenimiento industrial:

Por un lado, es la herramienta más fiable para el análisis de cualquier material eléctrico como paneles, transformadores, cables, interruptores, etc. Así, podremos adelantarnos antes de que ocurran importantes averías en la producción, cortocircuitos o incendios o accidentes en los trabajadores.

Por otro lado, la termografía también puede utilizarse para detectar problemas mecánicos tales como:

• Fugas de calor, agua o aire.

• Averías en los conductos de ventilación y climatización.
• Pérdidas de energía.
• Un mal cierre en válvulas e vapor o sifones.

Además, nos puede ayudar a la hora de verificar el estado de los motores eléctricos en los que podremos:

• Examinar su temperatura para ver si funciona en su rango óptimo. • Detectar problemas de refrigeración.
• Localizar posibles problemas de rodamientos o acoplamientos.

¿Qué ventajas tiene para controlarlo? Ventajas para el mantenimiento industrial

Así, existen dos formas de utilizar esta técnica para ayudar el mantenimiento de las plantas industriales son las siguientes:

Mantenimiento preventivo. Las revisiones requieren un menor tiempo que las reparaciones, especialmente si se realizan a través de la termografía. El objetivo en este tipo de mantenimiento es ahorrar costes, por eso la inspección programada es clave para evitar ciertas reparaciones que se pueden prever a través de esta tecnología.

Mantenimiento predictivo. En este caso, el calor es un signo anticipado de posible fallo o mal funcionamiento de los equipos y es uno de los parámetros clave del rendimiento del mantenimiento predictivo. Por eso, utilizar frecuentemente una cámara térmica para inspeccionar los equipos es fundamental para hacer un seguimiento adecuado.

Esta técnica consigue resultados rápidos, fiables y anticipados en el tiempo. Además, es una técnica sin contacto, por lo que no se daña la estructura de los equipos.

Se presenta de forma muy visual y permite almacenar inmediatamente los datos para su posterior análisis.

Permite escanear un gran espacio en muy poco tiempo. Además, no es necesario parar la producción para realizar los estudios de las máquinas o equipos.

Es capaz de controlar la eficiencia energética de la planta, pues al detectar pérdidas de calor o frío, se puede actuar a tiempo antes de producirse grandes ineficiencias energéticas.

Igualmente, es posible identificar qué fallos van a ocurrir antes y priorizar su mantenimiento.

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